sábado, 12 de agosto de 2023

HONESTIDAD

 

Ser honesto hace referencia a un conjunto de atribuciones personales como la decencia, el pudor, la dignidad, la sinceridad, la justicia, la rectitud y la honradez en la forma de ser y de actuar. Y la honestidad es un valor fundamental para entablar relaciones interpersonales basadas en la confianza, la sinceridad y el respeto mutuo.

Una persona que actúa con honestidad lo hace siempre apoyada en valores, como la verdad y la justicia, y no antepone a estos sus propias necesidades o intereses. En ese sentido podemos decir que es un ser apegado a un código de conducta caracterizado por la rectitud, la probidad (moralidad, integridad) y la honradez.

La auténtica honestidad comprende todos los aspectos de la vida de una persona: se manifiesta socialmente, pero también en el entorno íntimo y en su vida interior. Es un valor, por tanto, que se expresa de forma exterior e interior, pues la persona honesta adopta un comportamiento coherente entre lo que piensa, siente, dice y hace.

Incluso sus actos más pequeños están regidos por la honestidad: cumple con sus obligaciones sin esperar gratificación; cuida sus palabras para no herir a nadie; es discreta; es prudente en sus recursos económicos y personales; asume sus errores, rectifica y corrige cuando es preciso; es leal y transparente en sus relaciones... 

Siempre apegado a los principios del buen obrar, un ser honesto lo es en sociedad y en su intimidad. Es honesto consigo mismo y sabe que procurará no traicionarse jamás, pues sería un grave error. Sabe que, como decía Séneca, "lo que las leyes no prohíben, puede prohibirlo la honestidad".

Cuadro de Cristina de Jos´h.


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