Los valores morales son principios creados por la sociedad y la tradición con el fin de definir pautas correctas de comportamiento general y el respeto es uno de esos valores. Es equivalente a tener veneración, aprecio y reconocimiento por una persona o cosa.
Respetar, pensar y actuar positivamente sobre los demás y sobre nosotros mismos (auto respeto) significa preocuparse por el impacto de nuestras acciones en los demás; ser inclusivos y aceptar a los demás por lo que son, incluso cuando son diferentes. El respeto comienza con la confianza y está vinculado a la empatía, la compasión, la integridad y la honestidad. Es un componente importante de la comunicación afectiva, las relaciones sanas y los logros personales y laborales.
Esencial para el desarrollo de la sociedad, previene el acoso y los comportamientos agresivos. Sin embargo, la falta de respeto repercute en el desarrollo de la sociedad, incluído el progreso educativo, profesional, económico y científico, porque entorpece la comunicación y la colaboración provocando entornos poco saludables para las personas.
Cuando nos sentimos respetados, nuestro cerebro libera los neuroquímicos del bienestar (oxitocina y serotonina), mientras que la falta de respeto libera los del estrés (adrenalina y cortisol).
Sólo el que se respeta a sí mismo es capaz de respetar a los demás. La escucha activa y la empatía son fundamentales para fomentar y expresar el respeto.
Potenciemos pues esta súper habilidad que promueve el aprendizaje social y emocional.
Cuadro de Cristina de Jos´h.
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