miércoles, 26 de octubre de 2016

PASEAR

En Occidente, nos sigue perdiendo la impaciencia. El ritmo trepidante al que se someten algunas personas ha contagiado la relación que uno tiene consigo mismo, con los demás y con lo que le rodea. Me encanta el Movimiento "slow life" (vida lenta) porque da mucha importancia a la calma, al sosiego... Pienso que el placer profundo no se consigue de forma inmediata, la impaciencia es un obstáculo para vivir en plenitud.
Prefiero la calidad de vida, quiero disfrutar de verdad de todo lo que la vida me ofrece.

Pasear es un arte, un placer. Observar belleza, absorber frangancias, dejarse llevar por el tiempo que haga (sol, lluvia, viento...). Siento que, cuando paseo, me pongo en contacto con la vida y su fuerza me sana y me tonifica, no me resisto lo más mínimo, no pongo barreras.
Sé que vivo dentro de una gran reserva espiritual, que me muevo en ella, que existo en ella, y por eso la vida se derramaba abundantemente sobre mí.
Paseando, cuido la respiración, adquiero un tempo lento, percibo la pureza, la paz, me puedo concentrar con facilidad. No me consiento tensiones absurdas, no me dejo intoxicar por nada ni por nadie... El proceso es natural, sencillo y muy agradable.
El día 20 de octubre cumpli 65 años y estoy estrenando una nueva etapa de mi vida. Sé que los principios marcan el camino y por eso intento que sean lo mejor posibles. La experiencia me dice que viva consciente, que no se me pase por alto el menor detalle, y así lo haré...

                         Ilustraciones: Diego Hergueta con la silueta de Borja Echevarría.

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