Siempre me ha encantado la personalidad de esta adorable viejecita inglesa, que se quedó casi ciega, pero no abandonó jamás sus aficiones. Horticultora, artista, escritora y, sobre todo "paisajista", llevó a cabo 400 jardines en el Reino Unido, Europa y Estados Unidos. Escribió mil artículos publicados en el Country Life Magazine, The Garden... y algunos libros. Aplicaba a los jardines esquemas de color como los Impresionistas y llegó a dominar la composición.
"He aprendido mucho de los pequeños jardines campestres que hacen de los bordes de los caminos ingleses los más hermosos del mundo", decía para explicar su forma de concebir el paisajismo. "El amor por el trabajo en el jardín es como una semilla que, una vez sembrada, no desaparece jamás".
Vivía en Munstead (Godalming), en una casa diseñada por el arquitecto Sir Edwin Lutyens. Eran muy amigos y tuvieron una larga y fructífera relación profesional.
Ambos se inspiraban en el paisaje y utilizaban materiales tradicionales de la campiña de Surrey.
Llegaron a unir arquitectura y jardinería con tal maestría que han dejado una huella inmorrable.
Nació en Londres (1843) y se formó en "Kensington School of Arts". Fue gran admiradora de Ruskin y muy afín al Movimiento "Arts & Crafts".
Entrar en el mundo de Gertrude es como atraverse a pasar la puerta que nos lleva a lo desconocido, a lo que no se ve, pero se intuye. Ella nunca nos defrauda, siempre consigue sorprendernos con su ingeniosa forma de diseñar y combinar las formas y los colores. De gran carácter y fuerte personalidad, todos los que la trataban de cerca coincidían en que destilaba ternura y sentido del humor, algo que ella procuraba cultivar igual que lo hacía con sus jardines.
Es imposible entender bien Inglaterra sin saber quien era esta gran mujer.
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