La escritora sueca Ellen Key (1849-1926) pasó su tranquila vejez en una casita blanca que se hizo construir a orillas del lago Watern, un mar interior al que llegaban las olas del océano, pero no el eco de las discusiones que provocaban sus libros. Allí sólo tenían entrada viejos y fieles amigos que encontraban a una señora de rostro cansado, dulce y expresivo, enmarcado en una plateada cabellera.
Las duras batallas de juventud estaban lejanas. En su hogar reinaba una paz plena de seguridad y orgullo. Ellen esperaba su fin con la alegría del que ve que sus ideas se van abriendo camino y que cada día que pasa se hacen más vivas y fuertes.
Había tenido un gran y misterioso amor, muy desdichado, que fue la fuente de la que bebía su razón y lo que le dio fuerza para difundir y sustentar sus teorías. Era aguda y profunda en el estudio de la psicología amorosa y en sus libros no sólo había literatura, sino "vida".
Se decía que su obra era confusa, contradictoria y llena de repeticiones; un lector lógico se desorientaba con ellas. Sus ideas se manifestaban en el desorden y la improvisación de la vida cotidiana.
Los que la valoraban decían que era como un río, de corriente violenta, que a pesar de torcerse y de las dificultades del terreno, llevaba al mar unas aguas más frescas, puras y limpias.
Y es que, la más célebre y combativa feminista moderna reaccionó con un folleto antifeminista.
Frente a la feroz lucha por conseguir la igualdad entre el hombre y la mujer denunciaba que ésta había llegado a considerar como baja e impura la función del amor, llegando a menospreciarla. En su brutal competencia profesional con el varón estaba olvidando su esencia femenina.
Recordó que el amor y la maternidad no estaban reñidas con las conquistas intelectuales, morales y políticas conseguidas por la mujer, sino que enriquecían y dignificaban el papel de madre (física o espiritual).
El amor es el terreno más fecundo para la evolución. Si se brinda a los niños un hogar pacífico y armonioso ellos podrán desarrollar todas sus potencialidades dentro del cariño y el cuidado sin excluir la firmeza.
La mujer levanta, con mano muy delicada, el velo que oculta los más íntimos movimientos del corazón y demuestra que en ella el deseo no viene sólo de los sentidos, sino que vive la forma más ideal y elevada del amor; su amor purifica y eleva el del hombre, que es más sensual (Ellen Key).
Me ha parecido oportuno recordar a esta gran desconocida porque su pensamiento está de rigurosa actualidad: no podemos matar el alma de los niños, pues si no les brindamos la posibilidad de que desarrollen la reflexión y la imaginación su autodesarrollo será imposible. No se trata de que lleguen a ser "alguien", sino de que se conviertan en "ellos mismos"
Dejad que la naturaleza, callada y lentamente, se ayude a sí misma procurando que las condiciones circundantes le ayuden en esa labor. Ésto es "educación" (1900).
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domingo, 18 de septiembre de 2016
ELLEN KEY
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viernes, 16 de septiembre de 2016
LIBRO DE JUEGOS
No está muy claro si el mundo infantil que refejó Kate Greenway era de su tiempo o se lo inventó consiguiendo que la realidad llegara a parecerse a su fantasía.
La popularidad de esta autora en su época (1846-1901) fue enorme y sus magníficas ilustraciones merecieron los elogios de los más famosos críticos de arte, como John Ruskin, por ejemplo. Tanto su prosa como su dibujo optaron por la línea clara y es un placer la combinación de ambos.
Y esos increíbles niños y niñas, que rara vez prescindían de sus sombreros o capotas, parecían flotar por prados y salones como personajes de Puvis de Chavannes (pintor del simbolismo francés).
Los Trompos, los Aros... y otros juegos son una delicia, pero a mí me encanta el de "Formación de Palabras": se da a todos los jugadores papel y lápiz. Entonces eligen una palabra larga, por ejemplo Mediterráneo, y cada jugador la escribe en su papel. Cuando lo han hecho, toman la letra M y tratan de hacer tantas palabras como puedan que empiecen por esa letra. Se les da dos minutos, y luego van leyendo las palabras que han formado. Si alguno tiene una en la que ninguno de los otros ha pensado, se apunta un tanto. Luego, se apunta la siguiente letra, e, y el juego sigue hasta que se acaba la palabra. El que tiene más puntos gana.
Otro de los juegos que me gustan es: "Quiero a mi Amor con A": uno de los jugadores dice: quiero a mi amor con a porque es amable; la odio con a porque es aborrecible; se llama Alicia; vive en América y le regalo un albaricoque.
El jugador siguiente dice: quiero a mi amor con B porque es bonita; la odio con b porque es boba; se llama Berta; vive en Birmingham y le regalo un brazalete.
El jugador siguiente empieza con la C; el siguiente con la D; y así sucesivamente hasta que se acaban las letras del alfabeto.
Éstos niños felices, queridos y cuidados idealizaban el sentido de la inocencia y ése era su principal atractivo.
Tengo un trato muy directo con los niños y cuando les muestro libros de esta autora se quedan ensimismados. No es verdad que las famosas maquinitas y la tecnología punta sofoquen sus auténticas inclinaciones. En todas las épocas y en el mundo entero hay un denominador común propio de la infancia: aprender jugando y jugar aprendiendo, pero de una forma fácil, tranquila y atractiva. No podemos permitir que su mayor tesoro, la imaginación y la fantasía, no se desarrollen al máximo pues les estaremos privando de una riqueza inconmensurable para su formación y su bienestar en el futuro.
Lo digo con frecuencia y no me canso de repetirlo: el mejor regalo que se puede hacer a los más pequeños son buenos libros ilustrados de gran calidad, pues no sólo se les estimula la lectura, sino la sensibilidad y el ir formando su propia biblioteca.
¿Quién no se emociona con los libros de su infancia en las manos?
La popularidad de esta autora en su época (1846-1901) fue enorme y sus magníficas ilustraciones merecieron los elogios de los más famosos críticos de arte, como John Ruskin, por ejemplo. Tanto su prosa como su dibujo optaron por la línea clara y es un placer la combinación de ambos.
Y esos increíbles niños y niñas, que rara vez prescindían de sus sombreros o capotas, parecían flotar por prados y salones como personajes de Puvis de Chavannes (pintor del simbolismo francés).
Los Trompos, los Aros... y otros juegos son una delicia, pero a mí me encanta el de "Formación de Palabras": se da a todos los jugadores papel y lápiz. Entonces eligen una palabra larga, por ejemplo Mediterráneo, y cada jugador la escribe en su papel. Cuando lo han hecho, toman la letra M y tratan de hacer tantas palabras como puedan que empiecen por esa letra. Se les da dos minutos, y luego van leyendo las palabras que han formado. Si alguno tiene una en la que ninguno de los otros ha pensado, se apunta un tanto. Luego, se apunta la siguiente letra, e, y el juego sigue hasta que se acaba la palabra. El que tiene más puntos gana.
Otro de los juegos que me gustan es: "Quiero a mi Amor con A": uno de los jugadores dice: quiero a mi amor con a porque es amable; la odio con a porque es aborrecible; se llama Alicia; vive en América y le regalo un albaricoque.
El jugador siguiente dice: quiero a mi amor con B porque es bonita; la odio con b porque es boba; se llama Berta; vive en Birmingham y le regalo un brazalete.
El jugador siguiente empieza con la C; el siguiente con la D; y así sucesivamente hasta que se acaban las letras del alfabeto.
Éstos niños felices, queridos y cuidados idealizaban el sentido de la inocencia y ése era su principal atractivo.
Tengo un trato muy directo con los niños y cuando les muestro libros de esta autora se quedan ensimismados. No es verdad que las famosas maquinitas y la tecnología punta sofoquen sus auténticas inclinaciones. En todas las épocas y en el mundo entero hay un denominador común propio de la infancia: aprender jugando y jugar aprendiendo, pero de una forma fácil, tranquila y atractiva. No podemos permitir que su mayor tesoro, la imaginación y la fantasía, no se desarrollen al máximo pues les estaremos privando de una riqueza inconmensurable para su formación y su bienestar en el futuro.
Lo digo con frecuencia y no me canso de repetirlo: el mejor regalo que se puede hacer a los más pequeños son buenos libros ilustrados de gran calidad, pues no sólo se les estimula la lectura, sino la sensibilidad y el ir formando su propia biblioteca.
¿Quién no se emociona con los libros de su infancia en las manos?
viernes, 8 de julio de 2016
KAMISHIBAI
Se cuenta que, en 1930, en una de las calles más concurridas de Tokio, a lo lejos, se vio llegar a un hombre en bicicleta; se apeó de ella y con unos "hyoshigi" (palitos de madera) llamó la atención de numerosos niños que se colocaron a su alrededor. Vendía golosinas, pero traía consigo un "kamishibai", un teatrillo de madera, del tamaño de un maletín, por el que comenzó a deslizar unas láminas con unos dibujos de trazos gruesos y sencillos; detrás estaba el texto, con rápidas descripciones y vivaces diálogos, que el hombre leía mientras los niños escuchaban con atención y contemplaban con los ojos muy abiertos; unas veces reían, otras lloraban, otras manifestaban tener miedo... pero lo hacían juntos, en grupo. Él se iba adecuando, con el tono y los gestos, al público concreto.
En Japón estaban en plena crisis económica de finales de los años veinte y como la necesidad agudiza el ingenio, pensó que tras el éxito de la representación y dejando a los espectadores muy contentos, vendería sus golosinas con mucha más facilidad (como así fue).
En los últimos años, el kamishibai (drama de papel) ha resurgido como actividad lúdica y pedagógica y lo ha hecho con tanta fuerza que su magia se ha extendido desde el país del Sol Naciente a otros continentes. Es todo un universo repleto de historias sencillas y ricas tanto en sentimientos como en enseñanzas y fascina a la audiencia. Une la magia de las palabras con el encanto de las imágenes y su componente teatral va más allá de la simple lectura pues ayuda a conseguir un efecto de concentración en torno al cuento mucho más fácilmente que con otras técnicas.
Al interpretarlo, se produce una gozosa interacción compartida entre los miembros de la audiencia y entre éstos y el intérprete, así como entre ambos y el mensaje que el autor quiere transmitir. Juntos, están predispuestos a compartir los mismos sentimientos experimentando la sensación de grupo. Es una forma natural y sencilla de recuperar la tradición oral y de despertar la imaginación y la fantasía de los niños. Les fomenta el gusto por la lectura y la escritura y a familarizarse con cuentos de otros países y sus propios idiomas (interculturalidad). Además, los niños un poco mayores pueden ser a su vez intérpretes y creadores de sus historias, participando en el grupo de forma más responsable dando ejemplo a los más chiquitines, que pronto quieren ser también los protagonistas...
Me parece que sería un regalo estupendo para los niños y adultos este verano. Es muy barato, ocupa poquísimo espacio y sus beneficios pueden tener una enorme repercusión. Lo he dicho muchas veces, pero lo mejor que podemos brindar a nuestros pequeños es tiempo, dedicación, paciencia, mucho cariño y pasárnoslo en grande con ellos. Como dicen los franceses, allons-y!!
En Japón estaban en plena crisis económica de finales de los años veinte y como la necesidad agudiza el ingenio, pensó que tras el éxito de la representación y dejando a los espectadores muy contentos, vendería sus golosinas con mucha más facilidad (como así fue).
En los últimos años, el kamishibai (drama de papel) ha resurgido como actividad lúdica y pedagógica y lo ha hecho con tanta fuerza que su magia se ha extendido desde el país del Sol Naciente a otros continentes. Es todo un universo repleto de historias sencillas y ricas tanto en sentimientos como en enseñanzas y fascina a la audiencia. Une la magia de las palabras con el encanto de las imágenes y su componente teatral va más allá de la simple lectura pues ayuda a conseguir un efecto de concentración en torno al cuento mucho más fácilmente que con otras técnicas.
Al interpretarlo, se produce una gozosa interacción compartida entre los miembros de la audiencia y entre éstos y el intérprete, así como entre ambos y el mensaje que el autor quiere transmitir. Juntos, están predispuestos a compartir los mismos sentimientos experimentando la sensación de grupo. Es una forma natural y sencilla de recuperar la tradición oral y de despertar la imaginación y la fantasía de los niños. Les fomenta el gusto por la lectura y la escritura y a familarizarse con cuentos de otros países y sus propios idiomas (interculturalidad). Además, los niños un poco mayores pueden ser a su vez intérpretes y creadores de sus historias, participando en el grupo de forma más responsable dando ejemplo a los más chiquitines, que pronto quieren ser también los protagonistas...
Me parece que sería un regalo estupendo para los niños y adultos este verano. Es muy barato, ocupa poquísimo espacio y sus beneficios pueden tener una enorme repercusión. Lo he dicho muchas veces, pero lo mejor que podemos brindar a nuestros pequeños es tiempo, dedicación, paciencia, mucho cariño y pasárnoslo en grande con ellos. Como dicen los franceses, allons-y!!
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martes, 23 de diciembre de 2014
LOS CUENTOS
¡Cómo les gusta a los niños que les lean o cuenten cuentos! La Navidad es uno de los momentos más oportunos del año para hacerlo, como lo demuestra este cuadro de Harrington Mann. Desde sus primeros años, el niño tiene que tener un instrumento que ayude a su fantasía a construir sólidas estructuras y a reforzar su capacidad de imaginación; para ello no encuentro un instrumento más ideal que "el cuento".
Actualmente, los niños tienen tal superabundancia de estímulos (de todo tipo) que pierden la capacidad de "fijar la atención" en algo que no les entre por la vista. Por eso, si sabemos potenciar la voz, cuidando el tono y el ritmo, podremos ayudarles a que imaginen lo que escuchan y lo visualicen a su manera.
Los cuentos abren al niño un gran abanico de posibilidades debido a su variedad de temas, situaciones, ambientes, personajes... Conoce la maldad de unos y la bondad de otros; la difícil vida de ciertas personas con dificultades y luchas por la existencia; diferentes tipos de vida según ambientes y sociedades y cómo se pueden ver las cosas a través de otros ojos. Plantean una serie de situaciones en las que "el héroe" (con el que siempre se identifican) siempre sale airoso.
En este otro cuadro, esta vez de James Tissot, se refleja que cuando nos acercamos a ellos, a través de la lectura, les proporcionamos alegrías y emociones, les nutrimos y estimulamos su espíritu, favorecemos que ejerciten los músculos emotivos de su inteligencia, abrimos nuevos horizontes a su imaginación, despertamos su espíritu creativo, distendimos la atomósfera del lugar en el que estamos leyendo, establecemos corrientes de confianza y se forman nuevos y duraderos hábitos de atención mantenida.
Os recomiento que, de vez en cuando, en vez de leerlos se los contéis. Les gusta la sencillez teñida de encanto y misterio y las imágenes familiares envueltas por lo maravilloso.
Los niños están saturados de cosas, lo que necesitan de verdad y los regalos que más les gustan son el tiempo, la dedicación, el cariño y el hacerles sentir lo más importante de nuestra vida...
Actualmente, los niños tienen tal superabundancia de estímulos (de todo tipo) que pierden la capacidad de "fijar la atención" en algo que no les entre por la vista. Por eso, si sabemos potenciar la voz, cuidando el tono y el ritmo, podremos ayudarles a que imaginen lo que escuchan y lo visualicen a su manera.
Los cuentos abren al niño un gran abanico de posibilidades debido a su variedad de temas, situaciones, ambientes, personajes... Conoce la maldad de unos y la bondad de otros; la difícil vida de ciertas personas con dificultades y luchas por la existencia; diferentes tipos de vida según ambientes y sociedades y cómo se pueden ver las cosas a través de otros ojos. Plantean una serie de situaciones en las que "el héroe" (con el que siempre se identifican) siempre sale airoso.
En este otro cuadro, esta vez de James Tissot, se refleja que cuando nos acercamos a ellos, a través de la lectura, les proporcionamos alegrías y emociones, les nutrimos y estimulamos su espíritu, favorecemos que ejerciten los músculos emotivos de su inteligencia, abrimos nuevos horizontes a su imaginación, despertamos su espíritu creativo, distendimos la atomósfera del lugar en el que estamos leyendo, establecemos corrientes de confianza y se forman nuevos y duraderos hábitos de atención mantenida.
Os recomiento que, de vez en cuando, en vez de leerlos se los contéis. Les gusta la sencillez teñida de encanto y misterio y las imágenes familiares envueltas por lo maravilloso.
Los niños están saturados de cosas, lo que necesitan de verdad y los regalos que más les gustan son el tiempo, la dedicación, el cariño y el hacerles sentir lo más importante de nuestra vida...
sábado, 6 de diciembre de 2014
CATH KIDSTON
El año pasado se iunauguró en 180 Picadilly (Londres) la tienda de Cath Kidston más grande del mundo. Sus 565 metros cuadrados distan mucho de la pequeña tienda del oeste de de la ciudad donde el hogar del vintage moderno inició su andadura...
Para celebrar su vigésimo aniversario, la firma británica hizo un auténtico despliegue de ingenio e imaginación y nos sorprendió a todos como es su estilo.
Ocho taxis londinenses, decorados con los icónicos estampados de Cath, ofrecían trayectos gratuitos hasta la tienda. Antes de ponerse en marcha permanecieron envueltos como un regalo de Navidad gigante (3 x 5 metros) en Marble Arch hasta el día de la inauguración en el que los taxis fueron en convoy hasta ella.
Las calles, desde Green Park hasta Picadilly Circus, estuvieron inundadas de un graffiti temporal con estampado de flores salpicado de huellas de las palomas londinenses.
Los primeros 180 clientes que cruzaron las puertas de la tienda recibieron tarjetas regalo por valor de hasta 180 libras (unos 215 euros) y los ciclistas del centro de la ciudad empezaron bien el día, pues 4000 bicicletas de préstamo público amanecieron con el sillín cubierto con una funda del estampado London Christmas de la firma.
Una vez más los "british" muestran al mundo cómo el vender bien y mucho no está reñido con el gusto, la fantasía y la oportunidad. Adornaron la ciudad, fue una fiesta cívica, todos participaron en ella y el resultado final fue de un éxito espectacular.
Seguro que Cath se sentiría enormemente satisfecha al ver este gran espectáculo y comprobar que su sueño va a más y mejor. Ella, que empezó en la cocinita de su casa haciendo pañuelos...
Para celebrar su vigésimo aniversario, la firma británica hizo un auténtico despliegue de ingenio e imaginación y nos sorprendió a todos como es su estilo.

Las calles, desde Green Park hasta Picadilly Circus, estuvieron inundadas de un graffiti temporal con estampado de flores salpicado de huellas de las palomas londinenses.
Los primeros 180 clientes que cruzaron las puertas de la tienda recibieron tarjetas regalo por valor de hasta 180 libras (unos 215 euros) y los ciclistas del centro de la ciudad empezaron bien el día, pues 4000 bicicletas de préstamo público amanecieron con el sillín cubierto con una funda del estampado London Christmas de la firma.
Una vez más los "british" muestran al mundo cómo el vender bien y mucho no está reñido con el gusto, la fantasía y la oportunidad. Adornaron la ciudad, fue una fiesta cívica, todos participaron en ella y el resultado final fue de un éxito espectacular.
Seguro que Cath se sentiría enormemente satisfecha al ver este gran espectáculo y comprobar que su sueño va a más y mejor. Ella, que empezó en la cocinita de su casa haciendo pañuelos...
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